El médico especialista en medicina interna y cuidado crítico, George Federico Torres Cuesta, declaró y certificó que ya habían advertido que debido a factores de trauma, temperatura extrema, uso de contaminantes combustibles, manipulación criminal, contaminantes ambientales y otros factores externos, resultaría extremadamente improbable hallar muestras de ADN mitocondrial, único a ser considerado como viable para análisis certero, en los restos arriba mencionados.
Dijo que existe y se ha puesto en marcha, “tal como también habíamos advertido, el inefable propósito de hacer desaparecer los restos del Coronel Francisco Alberto Caamaño Denó, propósito este último en el que desgraciadamente participan y son parte activa personeros que, asociándose voluntaria o involuntariamente a los peores intereses que gravitan sobre el pueblo dominicano, no merecen llevar el sonoro apellido con el que pretenden alcanzar las posiciones de clase y los privilegios económicos contra los que, paradójicamente, tanto luchó y por los cuales ofrendó su propia vida el mismo Coronel Caamaño”.
Manifestó que asimismo, “existe un interés criminal de ocultar la verdad para favorecer a los asesinos del Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, los cuales esperaban una declaración similar para seguir disfrutando la impunidad de su crimen ante la justicia, el pueblo dominicano y la Historia misma”.
Torres, quien fungió por varios años como investigador clínico asociado a los departamentos de Inmunología y Microbiología de la Escuela de Medicina de Ponce, Puerto Rico en las aéreas de investigación genética y análisis de ADN, se ha expresado bajo recurso de oposición en dos declaraciones juradas dirigidas a las autoridades dominicanas ante la orden de efectuar pruebas de ADN en los restos hallados en las montañas dominicanas en el año 1987 y que pruebas testimoniales, documentales, antropológicas y circunstanciales atribuyen a los restos mortales del asesinado coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó.
Expresó que asimismo, “habíamos advertido que, debido a lo ya señalado, la negatividad de las muestras no era capaz de demostrar que los restos humanos así encontrados no eran los del Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, constituyendo una aberración científica, antropológica e Histórica el afirmar lo contrario”.
Explicó que las pruebas anteriormente señaladas, es decir, los testimonios de testigos presenciales, estudios antropológicos, residuos óseos de este asesinato, su posterior destrucción y su descuidado enterramiento ante condiciones ambientales adversas, deben y tienen que ser considerados como los más importantes elementos de documentación procesal para admitir estos restos como los únicos y verdaderos pertenecientes al Coronel Francisco Alberto Caamaño Denó.
“El pueblo no debe dejarse engañar y en el mismo tenor, marchar junto a sus verdaderos líderes y representantes a exigir que los restos del Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó sean llevados a ocupar el lugar que merecen en el Panteón Nacional como última morada para su descanso y veneración eterna, con acciones encaminadas en el propósito de seguir honrando su memoria y al de la Patria misma”, dijo finalmente, en un comunicado enviado a esta redacción de El Nuevo Diario.
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