Un reportaje del diario The New York Times afirma que las granjas porcinas luchan por contener la peligrosa enfermedad. El virus porcino apareció en Estados Unidos en la primavera pasada en Ohio y en las últimas semanas se había extendido a cuatro estados más. Se desconoce cómo entró en EEUU
REDACCIÓN.-Las enfermedades que afectan a los cerdos y que pueden arruinar a los porcicultores no son extrañas para los dominicanos. A finales de los años setenta, la fiebre porcina africana arruinó a los porcicultores dominicanos, sobre todo a los del Cibao y el Este del país, regiones de mayor producción de cerdos.
Ahora, un reportaje del periódico The New York Times, firmado por Steven Yaccino, desde Annawan, Illinois, informa de la existencia de un mortal virus que afecta a los cerdos en los Estados Unidos. Debido al fluido comercio entre los Estados Unidos y la República Dominicana, el tema reviste interés para la economía dominicana, especialmente para la producción de cerdos.
“Aquí no se permite entrar al mundo exterior, una granja de cerdos desinfectados y aislados, no lejos de la frontera con Iowa.Los visitantes deben ducharse antes de entrar, lavarse de pies a cabeza, cambiar la ropa de calle por monos desinfectadas que nunca han salido de las instalaciones”, narra el reportero que estuvo en Annawan.
Detalla que todo en el interior del granero que alberga 3,000 cerdas y tiene temperatura controlada se ha bañado de antisépticos.
“Nosotros hacemos un trabajo mejor que algunos hospitales”, dijo el Dr. Matt Ackerman, un veterinario que trabaja con la granja.
Explica que la implantación de oprotocolos estrictos han logrado mantener la operación -una de las 10 instalaciones porcinas a cargo de Great Plains Management- a salvo de un virus que se ha extendido por todo el país este verano, matando a los lechones por millares y alarmando a los productores de cerdos en 16 estados.
Sin embargo, esas mismas precauciones no han funcionado en todas partes. Una granja de Indiana central, con la cual el Dr. Ackerman también trabaja, estuvo entre las primeras en perder lechones por el virus en mayo. “Si (el virus) entra, no se puede parar”, dijo el Dr. Ackerman. “Se nos llenan las carretillas de cerdos muertos”.
El virus de la diarrea porcina epidémica (PEDV, por sus siglas en inglés), que es mortal sólo para los cerdos jóvenes y no plantea riesgos de seguridad alimentaria, o de peligro para el ser humano, apareció en los Estados Unidos por primera vez en la primavera pasada en Ohio y en pocas semanas se había extendido a otros cuatro estados.
El estallido provocó un aluvión de pruebas de laboratorio y un estudio de la industria para determinar la forma en que el virus entró al país, mediante la comparación de los suministros y alimentos, en un esfuerzo por encontrar al responsable.
Los agricultores están intercambiando información sobre vacunas y distribuidores de semen, e incluso sobre las marcas de las pipetas de plástico que utilizan para inseminar a las cerdas, desesperados por contener una amenaza que ha hecho que la industria se sienta cada vez más vulnerable.
“Eso es algo que nadie sabe en este momento”, dijo Lisa Becton, directora de información de la salud porcina e investigación en el National Pork Board, que está gastando US$800,000 en la investigación sobre el virus.
El virus, que surgió primero en Gran Bretaña hace más de 40 años, se ha extendido por toda Europa y Asia. Causó problemas recientemente entre los productores de carne de cerdo en China, donde una variante de la enfermedad en 2012 fue 99,4% similar a los casos que ahora se encuentran en los Estados Unidos, según los investigadores.
Los investigadores en los Estados Unidos están trabajando en una vacuna contra el virus, que se transmite a través de la materia fecal y se asemeja a la gastroenteritis transmisible, otra enfermedad de cerdo a cerdo, que las granjas estadounidenses han encontrado en ocasiones. Los síntomas incluyen diarrea grave y vómitos, y las tasas de mortalidad pueden alcanzar el ciento por ciento para los animales de menos de una semana de nacidos. Cerdos mayores pueden estar enfermos durante días, pero lo más probable es que se recuperen.
Pruebas retroactivas realizadas por un laboratorio nacional fijó el primer caso confirmado del virus en los Estados Unidos alrededor del 15 de abril, en una granja en Ohio. En un mes, surgieron otros casos en Indiana, Iowa, Colorado y Minnesota.
A finales de julio, 403 casos por separado se habían notificado a la Red de Laboratorios de Salud Animal Nacional del Departamento de Agricultura, con la mayoría de los brotes en Iowa (149) y Oklahoma (94). Cerca de 30 nuevos casos se reportan cada semana.
“No es frecuente que un nuevo virus golpee una industria que no tiene inmunidad”, dijo Robert Morrison, profesor de medicina veterinaria de la Universidad de Minnesota quien ha estado estudiando el virus. “Todos los cerdos en los Estados Unidos son vulnerables. Es como lanzar una chispa sobre un montón de paja seca".
Nadie sabe a ciencia cierta cuántos cerdos han muerto hasta ahora, en parte, debido a que el Departamento de Agricultura no considera al virus como una enfermedad exótica y porque granjas no están obligadas a informar de ello a las autoridades.
Pocos expertos están dispuestos a hacer comentarios y sólo dicen que las pérdidas de la industria ascienden a varios cientos de miles de cerdos en todo el país.
Aunque tal vez sea demasiado pronto para pronosticar cómo el virus pudiera afectar el precio de los productos derivados del cerdo, ya la epidemia ha causado dificultades económicas para los agricultores, sobre todo en medio del alza de precios de los alimentos causada por la sequía del año pasado.
Una granja promedio con 2,500 cerdas podría perder a casi todos los recién nacidos durante cuatro semanas si el virus ataca, matando a cerca de 5,000 lechones y causando pérdidas económicas cercanas a US$200,000. Los cerdos adultos que se recuperan normalmente desarrollan inmunidad al virus, por lo que son raros los brotes recurrentes.
"En un mes puede hacer mucho daño”, dijo Mark Greenwood, vicepresidente principal de AgStar Financial Services, que ofrece financiación para las explotaciones porcinas. “Es realmente devastador ya lo tienes al doblar de la esquina”.
El miedo ha inspirado una vigilancia renovada en toda la industria porcina para garantizar que los trabajadores están realmente utilizando prácticas básicas, como la desinfección de sus botas y remolques después de visitar las plantas de empaque, que los investigadores han identificado como lugares de alto riesgo para contaminarse con el virus.
Sin embargo, sigue habiendo dudas sobre cómo el virus llegó a los Estados Unidos en primer lugar, lo cual aumenta la ansiedad entre los productores y los agricultores.
“El mundo se ha vuelto mucho más pequeño”, dijo Tom Burkgren, director ejecutivo de la Asociación Americana de Veterinarios especialistas en Cerdos, cuando se confirmó el primer caso en EE.UU. “Si el P.E.D.V. puede entrar en los Estados Unidos, ¿qué pasaría con algunos otros virus más peligrosos?".
Los resultados preliminares de una encuesta específica dirigida por la asociación, que algunos habían esperado que identificaría algún vínculo entre las granjas infectadas, indicó que se necesitaban más datos. El Dr. Burkgren dijo que los investigadores podrían explorar más de cerca los factores de riesgo relacionados con la alimentación.
Jan Hueber, copropietario de Great Plains Management, los consultores de la industria porcina, dijo que no iba a dar nada por sentado.
Después que una granja de Indiana con la cual trabaja perdió no menos de tres semanas de lechones por el virus, los conductores de camiones del Hueber ahora llevan botas de plástico desechables cada vez que visitan una instalación de cerdos.
“¿Dormimos tranquilos por la noche?", preguntó. “No es posible, cuando hay algo que asoma por ahí que puede ser tan devastador”.
“Asumimos que todo está infectado”, agregó.
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