Según diferentes versiones de grupos de la oposición, el número de víctimas estaría entre 500 y más de 1.000 ya que siguen siendo recuperados cadáveres atribuidos a un ataque con armas químicas del que el gobierno ha negado toda responsabilidad.
Las imágenes proporcionadas por fotógrafos independientes y difundidas por agencias de prensa muestran decenas de cuerpos en el suelo sin señales visibles de heridas, algunos de ellos con espuma en la nariz y la boca.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon dijo este jueves que Siria debe permitir al equipo de inspectores de ese organismo que ya está en Damasco investigar “sin demora” lo sucedido, e informó que enviaría a una alta emisaria, Angela Kane, a discutir directamente con el gobierno del presidente Bashar al-Assad.
Expertos en armas han dicho que cada hora cuenta. “Mientras más demore será más fácil para cualquiera que las haya usado tratar de encubrirlo”, dijo a la agencia Reuters Demetrius Perricos, quien encabezó el equipo de inspectores de armamento en Irak en los años 2000.
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