Por Agencias
Esa es la escena que los policías de la
oficina del alguacil del condado de Shasta, en California, encontraron
la tarde del pasado lunes, antes de llamar al servicio de ambulancias
para transportar a ambos al hospital.
Gregory Dunn y su hijo Jason siguen con vida, a pesar de las graves heridas, según el detective Will Gardner.
Hasta el martes por la tarde no se
habían presentado cargos por el hecho, que es investigado como un
intento de homicidio, según la policía.
El sangriento episodio ocurrió el pasado
lunes en la ciudad de Redding, en el norte de California, en un
vecindario cercano al aeropuerto municipal de dicha ciudad.
De acuerdo con la policía, todo comenzó con una discusión entre miembros de la familia, que luego pasó a los golpes.
La oficina del alguacil informó que,
según entrevistas, el hijo de 27 años hirió con unas tijeras a su padre
varias veces. Entonces Jason se mutiló a si mismo utilizando una sierra
de brazo radial.
Los vecinos escucharon el altercado, al igual que otros testigos, que contactaron a las autoridades, según Gardner.
Gary Rinehart dijo a la televisora local
KRCR, afiliada de CNN, que vio a los dos hombres ser subidos a dos
ambulancias. El primero, el hijo, tenía “mucha sangre donde terminaban
sus manos, como si no estuvieran ahí”, mientras que el padre “tenía
sangre en la parte superior” de su cuerpo.
“Esto es definitivamente la cosa más loca que alguna vez ha ocurrido en esta calle”, afirmó Rinehart.
Gregory Dunn solía sacar a pasear su
perro por el vecindario, de acuerdo con Rinehart, que lo describió como
una persona agradable, con la que tuvo contacto ocasional. El vecino
dijo que convivió una sola vez en ocho años de vivir ahí con el hijo,
cuando éste se disculpó por disparar perdigones a la casa de otro
vecino.
Sobre el incidente, que ocurrió cruzando
la calle frente a su casa, Rinehart afirmó: “No puedo imaginar que algo
como eso pase entre una familia”.
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