Por el Padre Rogelio Cruz
Es difícil poder entender la sociedad de hoy, entender el nuevo lenguaje de los jóvenes, sus valores y modo de vivir y enfrentar la vida. Los jóvenes de hoy no encuentran el camino para encontrarse con Dios, han perdido la dirección hacia el Dios que les hemos presentado, para fe que les hemos transmitido, para la Iglesia anclada en su pasado de gloria.
Los jóvenes no niegan tener necesidad de lo sagrado, pero la forma como se lo hemos presentado, como se lo hemos transmitido no responde a su realidad. Es una generación que no se pone en contra de Dios o de la Iglesia, pero es una generación que está aprendiendo a vivir sin Dios y sin la Iglesia.
Antes la fe se transmitía por los padres o en el hogar, antes nacer y ser cristiano era lo mismo, hoy ya no es así. Son hijos de padres pos modernos que han aprendido a vivir sin Dios. Aun así nosotros seguimos haciendo la misma Pastoral en nuestros colegios y en nuestro trabajo con los jóvenes.
Hay una distancia afectiva con los jóvenes de hoy. El mundo ya ha cambiado y las actividades con los jóvenes siguen siendo las mismas, ellas no les interesan a los jóvenes. Ya que todo ha cambiado es necesario comprometernos en crear con los jóvenes los espacios y lugares de fe, que respondan a sus necesidades, a su realidad.
Los adultos de la Iglesia, los salesianos debemos entender hoy, que quien no tiene a Dios en su corazón no tiene nada y eso es lo que pasa hoy en el mundo juvenil están vacíos. Los adultos necesitamos cambiar el corazón, la mirada y el estilo de trabajo para los jóvenes, debiera ser trabajar con ellos, no para ellos.
La gran pregunta que debemos hacernos es:? Por qué no están presentes los jóvenes en nuestras iglesias, en nuestros oratorios, en nuestros centros juveniles?
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